El color de la fachada de un edificio puede suscitar polémica, por lo cual debes tener sumo cuidado cuando vayas a elegir el mismo. Así, a la hora de pintar fachadas, por ejemplo, considerando un edificio con tipología local, puede adaptarse e integrarse en el contexto ambiental de la zona donde se emplaza o, por el contrario, puede situar al edificio como un punto aislado no incorporado al paisaje.
Mediante la pintura, el edificio recibe un acento clásico a la vez que pintoresco. Los colores vivos al pintar su fachada no deben aparecer más que remarcando algunos elementos del edificio, como pueden ser las barandillas de balcones. El resto y grueso de las fachadas, sin embargo, deben ser de colores suaves.
Al elegir el color también debes tener en cuenta el clima y las costumbres de la ciudad, con el color puedes conseguir la armonía del edificio con su alrededor y conseguir el dominio de los colores. Dar un sello a la casa generalmente no es fácil. Los colores pueden diferenciar, ligar o separar, acentuar e igualar el exterior de una vivienda o de un grupo de ellas.
Los matices de color pueden dar a tu vivienda un aspecto exterior amable o deprimente, animado o monótono, proporcionado o desmesurado.
Cada edificio tiene su propia situación relativa a la luz y esto debe ser tenido muy en cuenta. En algunos casos puede conseguirse una fachada atractiva al acusar la estructura visualizando los forjados o recortando las ventanas y balcones.
Desde Aplicaciones y Pinturas Gomesur te aconsejamos que procures siempre subrayar las proporciones de tu vivienda e incluso cambiarlas ópticamente por medio de la pintura destacando pequeños elementos sobre superficies amplias. Recuerda que jugar con los colores en su justa medida conseguirá ese efecto atractivo y encantador que buscas.